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18 Ya no se oirá de violencia en tu tierra,
    ni de ruina y destrucción en tus fronteras,
sino que llamarás a tus muros “Salvación”,
    y a tus puertas, “Alabanza”.
19 Ya no será el sol tu luz durante el día,
    ni con su resplandor te alumbrará la luna,
porque el Señor será tu luz eterna;
    tu Dios será tu gloria.
20 Tu sol no volverá a ponerse,
    ni menguará tu luna;
será el Señor tu luz eterna,
    y llegarán a su fin tus días de duelo.

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